Un espacio donde arte, naturaleza y arquitectura se entrelazan en un diálogo constante
Rodeado de las galerías de arte más importante de la ciudad, este inmueble se compone, como si fuera un Tetris, de espacios que proponen diversos usos e intersecciones entre sí, tomando como punto de partida una casa de mitad del siglo XX que se ha ido expandiendo en distintas direcciones generando nuevos programas disimulados por su sinuosa vegetación.
El último piso está compuesto por un departamento con jardín y enormes ventanales que desdibujan la noción de interior y exterior. Un gran corredor comunica las distintas áreas de la casa cuyo interior se desenvuelve a lo largo de este. Un jardín en un tercer piso, así como un patio con espejo de agua, y la proximidad con las copas de los árboles, nos aíslan de toda noción urbana.
En el segundo piso se encuentra un espacio ideado para funcionar como un estudio fotográfico o un espacio para exposiciones. Su gran altura e iluminación, hacen de este gran galerón el escenario ideal para cualquier puesta en escena.
En la casa aledaña a lo largo de un gran patio se conectan distintos espacios de trabajo. Mismos que rematan en una biblioteca de gran altura que alberga las colecciones de dos de los arquitectos más importantes de México: Agustín Hernández y Diego Villaseñor. El espacio está abierto para su consulta de manera pública y gratuita.